El tiempo le dio la razón y de que manera. Eran finales de mayo de 2015 y una avalancha de críticas intentó arrasar con el técnico de la selección peruana, Ricardo Gareca. El motivo fue la exclusión de la lista para la Copa América de Christian Benavente para convocar a Christian Cueva, quien días atrás había sido sancionado por una conducta agresiva en la goleada de Real Garcilaso 4-0 sobre Alianza Lima en el estadio de Matute.
De pronto la nómina de convocados se dio a conocer y generó la rápida reacción de los hinchas, periodista y exfutbolista de la selección peruana, quienes tomaron dicha decisión de Ricardo Gareca como equivocada, ya que Christian Benavente siempre mostró compromiso por la selección peruana, mientras aquellos días mostraban la peor versión de Christian Cueva, quien en el campo de juego brillaba con luz propia hasta ser preso de su propios demonios.
Hace más de año se hablaba mucho del desequilibrante Christian Cueva dentro del campo hasta que su desequilibrio pasaba a ser mental y terminaba en los mismo errores de siempre. “Si todos condenaron a Christian Cueva no significa que yo lo condene. Nos gusta, está en la alta competencia. Él es un jugador para seguir. Nos ha gustado el rendimiento futbolístico en su equipo”, fueron entonces las declaraciones del técnico de la selección peruana Ricardo Gareca.
“Benavente es un chico a seguir. Él sabe lo que pienso y tiene las mismas posibilidades que todos. Si no estás ahora no significa que después no esté”, continuó explicando Ricardo Gareca para sanjar el tema de la convocatoria de Christian Cueva para la Copa América que disputaría la selección peruana en Chile semanas después.
El tiempo le dio la razón a Ricardo Gareca, que a pesar de los duros cuestionamientos que actualmente vive por un sin fin de errores tiene un acierto que será la principal defensa de quienes idolatran su deslucida campaña bajo las riendas del comando técnico de la selección peruana. Ese argumento tiene nombre y apellido: Christian Cueva.