La hinchada del Real Madrid dejó hoy bien claro el odio que siente por el brasileño Robinho, al que abucheó e insultó con dureza durante los 20 minutos que estuvo sobre el césped del Santiago Bernabéu. El sonido de los silbidos cuando el delantero del Milan entró al campo en el minuto 71 del duelo de Liga de Campeones en sustitución de Ronaldinho fue ensordecedor. Y el ruido ya no le abandonaría hasta el final del partido cada vez que tocó el balón. "Robinho, muérete" o "Robinho, muerto de hambre" fueron algunos de los cantos que la grada del Bernabéu, repleta con 80.000 espectadores, coreó al unísono dedicados al ex jugador del Real Madrid, que no pudo evitar que su actual equipo perdiera por 2-0. La relación entre Robinho y el Real Madrid fue una historia de amor roto. El brasileño, que llegó al club blanco con la vitola del "nuevo Pelé", no cumplió con las expectativas, pero el interés de la institución en nuevas estrellas le hizo sentirse desairado. Robinho deslumbró a la afición madridista con su debut en 2005 en Cadiz, donde unos minutos mágicos hicieron pensar en una carrera portentosa en el club. "Es un jugador diferente", dijo de él Emilio Butragueño, entonces vicepresidente deportivo del Real Madrid. Robinho tenía apenas 21 años, y sus bicicletas eran eléctricas. Pero la energía se evaporó. El delantero se estancó y en sus últimos meses en el equipo perdió incluso la titularidad. En la pretemporada de 2008, el Real Madrid empezó a coquetear con Cristiano Ronaldo, que llegaría un año más tarde. Y eso a Robinho, que entonces aún soñaba con la gloria, no le gustó nada. "Quiero ser el mejor jugador del mundo y aquí no puedo hacerlo", se justificó Robinho cuando forzó su marcha del Real Madrid poco antes del cierre del mercado de fichajes de aquel año. Su destino fue el Manchester City. Pero allí tampoco cuajó. Volvió al Santos brasileño cedido, como paso previo a su fichaje por el Milan. A los 26 años, Robinho busca en Italia convertirse en el jugador que prometía, pero en el Milan todavía no es titular.