| Contra el dolor, nada más sencillo que el amor. Contra las balas, nada más fuerte que un pecho empapado de sudor con camiseta crema. Contra la incertidumbre, nada más certero que ese abrazo final en señal de unión. Universitario era un avión que ganaba 3-0, que volvía al Monumental -casa de la final de la - para limpiarse la cara, y cerca al final le quebraron un ala y casi se va a pique. Aún así, con todas las críticas que puedan llover, con todos los memes o burlas de las redes sociales, hoy se despertó y fue a comprar el pan más crocante de la panadería como único líder del .

Le duela, moleste o incomode a quién quiera. Lo será hasta al pitazo final del - en Juliaca. Y dependiendo de este resultado llegará mañana a Campo Mar listo para armar el plan del fin de semana hacia Cajamarca, la segunda de las tres finales que ayer comenzó a ganar.

Tres golpes

Adolorido por el 3-0 de , los cremas vieron a como la oportunidad ideal para sanas las heridas. Sin embargo, fueron muchas las ganas y pocas las ocasiones. El trío Guarderas, Alfageme y Lavandeira buscó poner en el medio una base de fútbol que facilite la llegada del balón a , y .

Al menos los primeros 30 minutos, todo fue desierto cerca al arco de los ayacuchanos. Y habría culminado sin goles si no fuera porque Ernest Nungaray mandó dentro de su portería un centro de Quintero. El 1-0 fue celebrado, pero en las tribunas las caras largas no cambiaron.

A los 55’, en ese vaivén de emociones, Anthony Osorio -el ‘9’ al que medio estadio llena de pifias- flota lejos del área contraria. Recibe de y toca hacia Armando Alfageme. El volante avanza y no duda. Se la da a , quien con un toque sutil se libera de la marca y se la pasa a Quintero. El panameño lee toda la jugada en un solo segundo. Ve correr libre a Osorio y lo habilita. El ‘9’ criticado se queda mano a mano contra Grados, arquero de Ayacucho FC. El Monumental aguanta la respiración como en toda la semana tras la derrota contra Municipal. Anthony está a tiro de cañón, pero prefiere patear fuerte y con borde externo. Gol. Qué gol. Golazo. “Yo, yo, soy yo”, se golpea el pecho Osorio como reconociendo las balas que le cayeron y respondiendo que ahí está para contestar con más gritos de gol.

se apoderó del partido. Hizo del contraataque un arma para liquidar y se resguardó bien en defensa. A los 88’, una jugada preparada entre Quintero y Vásquez, en un tiro libre, permitió que llegue libre por el medio y vuelva al gol para anotar el 3-0 de la tranquilidad.

Me voy a quedar con que no fue suficiente. Un minuto después, Montes puso el descuento y mientras transcurrían los últimos minutos Preciado se inventó un penal que el mismo Montes cambió por 3-2.

Cualquier adagio de sufrimiento pertenece a la vereda de enfrente. La ‘U’ se vio acorrolado en el final pero no dejó de batallar. El pitazo final solo abrió las puertas al grito del triunfo.