Corrían los 18’ del complemento cuando Luis Fernando Suárez decidió reemplazar al intermitente Carlos Grossmüller por Germán Alemanno. El volante uruguayo evidenció su malestar en el cuadro merengue, cruzó la banda y rechazó el saludo del técnico colombiano para dirigirse directamente al banco de suplentes.
La imagen de televisión enfocó al charrúa con los ojos rojos, iracundo, buscando explicaciones por su mal momento, cayendo en la desesperación. El sonido de una trompeta, con el tono típico de sepelio, acompañó la toma.
Y no es para menos, durante la semana el ‘10’ tuvo un altercado con el excapitán Antonio Gonzales; casi se lían a golpes en un entrenamiento y ayer desnudó su bronca. En la interna del club lo consideraron una falta de respeto; el futbolista siente incomodidad en Ate y dejaría el club antes de agosto.
Grossmüller, junto con los extranjeros del plantel, se encuentran en evaluación por los problemas extradeportivos y dentro del campo. Ello provocaría la salida del volante antes de agosto, cuando se reabra el libro de pases.
Cabe recordar que en la última semana, la interna merengue estaba dividida en tres facciones: los extranjeros, los juveniles y el grupo de referentes, provocado por la mala campaña del equipo en el Torneo Apertura. Por ello, el técnico colombiano contrató un sicólogo para recuperar la tranquilidad y el estado anímico.