Mendoza aun duerme. Son las 9 de la mañana del domingo y la ciudad está desierta. Pocos taxis transitan la ciudad. La fiesta por la noche la hacen los más de 25 mil chilenos que han invadido Mendoza. Solo están a 6 horas de Santiago en bus o auto. El taxista que nos traslada al Centro de Prensa conversa animadamente con algo de bronca. "Qué me dice de ese enano Messi no cantó el himno? Es un atorrante que no respeta los valores nacionales. Maradona, viejo, daba la vida por la celeste y blanca. Este tipo está lleno de guita y le interesa un carajo la Argentina. Quiere que le diga una cosa: Ojalá Costa Rica le gane a estos boludos y se vayan todos a su casa. Acá podemos armar 20 selecciones que darían la vida por nuestra selección". Habla con enfado. Sigue: "Acá les tenemos bronca a los chilenos, no olvidamos que ellos ayudaron a Inglaterra en la guerra de las Malvinas. Perú nos ayudó por eso los queremos. Y mire usted a ese hijo de p...de Menem que le salió vendiendo armas a Ecuador cuando ustedes estuvieron en conflicto con ellos. Ese tipo debe podrirse en la cárcel por traidor. Y Ollanta, maestro?, qué tal es ese Ollanta...", pregunta. Brasil empató a duras penas con Paraguay, Argentina que casi se va goleado por Colombia, Uruguay que terminó tirando la pelota a las tribunas porque Chile lo metió a su arco. Los grandes sufren. Muchos aseguran que los europeos que juegan en esos países, que son mayoría, vuelven a Sudamérica a vacacionar. En todos lados se cuecen habas. Otros sostienen que los grandes (Brasil, Argentina y Uruguay) aun no calientan motores y terminarán ganando por demolición. Has rostros de preocupación en Meneses, Batista y el "Maestro" Tabarez. La Copa América aún no prende. Salvo para los chilenos que son una especie de locales, Buenos Aires está fría y silenciosa. Esperan que al menos se prenda la lamparita y Argentina levante, sino sería tragedia nacional para un país que respira fútbol noche y día.